Julia Mendez

¿Qué nos está pasando? El último tiempo, me dado cuenta de lo mentalmente mal, que puede llegar a estar la gente, principalmente algunas (muchas, demasiadas) bailarinas, que viven en una "Paranoia Personal", en su propio mundo paralelo, en el cual son pobres damiselas en peligro víctimas de brujas, ogros y monstruosas bellydancers que no dejan de acecharlas A este tipo de bailarinas las persigue la idea de que son odiadas por todo el resto de sus colegas, las cuales (según ellas) sólo intentan destruirlas. Se auto-convencen de que todas quieren sabotearlas y aprovechan cualquier ocasión para acusar al resto de perjudicarlas y hacerles cosas (con malas intenciones lógicamente) a posta. Viven a la defensiva esperando un ataque que no existe más allá de sus cabezas ¡Lo mas gracioso, es que quizás esas otras bailarinas (las enemigas) ni siquiera saben que existen estas otras, y muchos menos que (supuestamente) son sus víctimas!

La piratería, lamentablemente, se ha vuelto una práctica habitual en el mundo de la música, la pintura, la escultura, la moda, la fotografía entre otras artes. Principalmente, en la mencionada en primer lugar, la industria musical. Compositores, cantantes, músicos, editores, discográficas enteras perdiendo millones y millones de € por culpa de la piratería, y esta situación se repite lógicamente en cada una de las industrias correspondientes de las mencionadas anteriormente.

Cuando nos gastamos tantísimo dinero en vestuario, es normal que nos de reparo "meterle mano" ya sea para arreglarlo; subirle un bajo, achicarlo, incluso lavarlo, pero si bailas 5 veces a la semana en pleno verano con 30º de calor...  ¡Tienes que lavarlo!  ¡NI SE OS OCURRA LLEVARLO A LA TINTORERIA! Lo digo por experiencia.  Os voy a contar como los lavo yo.  Hasta el momento no me he cargado ninguno, lo cual es buena señal.